miércoles, noviembre 08, 2006

Laberinto


En el sendero aciago, la desesperación prima, los caminos se bifurcan, la soledad es una sola. Hay silencio y un corazón latiendo acobardado. Una respiración que jadea a cada paso.

No hay que pensar en el encierro, ni en las alas, ni en el sol, ni en la salida. Es más simple. Eres todavía ese animal, la perfecta involución, aquí en el páramo. Pero no te convences. Y aunque intuyes, lucha tu razón y con cada pensamiento más te pierdes. El extravío socava tus cimientos, te ahogas en la lógica perfecta, las leyes de la física que auguran, el empírico final, tantas veces demostrado.

Después de tanta pena, devastado por lo mismo en que creías, te entregas, cierras los ojos que no miran, dudas y estas fuera. Las paredes se derrumban cuando entiendes, que el paisaje es obra de tu propia arquitectura.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Celebro este lugar para SER lo que queremos SER ( decir, sentir, crear, compartir... )ytantos otros muchos etcéteras que no caben aquí.
Te quiero con el alma...te abrazo fuerte.

Shelley dijo...

Ese laberinto siempre tiene una salida...
Saludos y encantada de leer tu blog.